El antropólogo Pablo del Valle ha publicado en su página de Facebook un nuevo texto que comparto con ustedes, sobre las graves consecuencias que generará para el Valle Sagrado de los Incas y para el Cusco, la construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero. 
***

Es claro que el proyecto del Aeropuerto Internacional de Chinchero en Cusco -AICC- tiene un respaldo quizás apabullante entre la clase política regional, sobre todo en la urbana de Cusco ciudad, y entre sus ciudadanos, y que en los días recientes el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha estado anunciando el inicio de la remoción de tierras para empezar con su ejecución, y todo esto se dibuja como la consecución de un anhelo principal de los cusqueños y como una demanda que constituye una lucha muy importante contra el centralismo limeño. También en los propios Planes de Desarrollo Regionales, el Aeropuerto Internacional de Chinchero tiene tal prioridad, que es considerado el punto de inicio y central del desarrollo de la región hasta el 2030.  

Sin embargo, una consideración más cauta y prudente, que contemple los procesos e impactos que ocasionaría la construcción del Aeropuerto de Chinchero nos debe llevar a reflexionar problemas tan graves que surgirían como consecuencia de su ejecución, que una mirada racional y técnica puede prever, que la consideración de estos problemas bastan para proponer una suspensión del proyecto. Aquí resumiremos 3 razones imperiosas para suspender, al menos por un período significativo, este proyecto, suspenderlo en beneficio de los cusqueños y no del centralismo limeño, y pensar nuevas alternativas a este Aeropuerto, o al menos, a su ubicación:

1) El problema del Agua:

Quizás no sea sabido fuera de la Región, que la zona de Chinchero tiene hermosos y vastos humedales, que constituyen un paisaje natural de excepción (ya que los humedales constituyen un patrimonio natural insustituible para toda la humanidad, y donde hay muchos de ellos como es en el caso de Chinchero, están protegidos por la Convención internacional RAMSAR cuyo mandato impide que sean destruidos), pero además tiene dos lagunas que en uno de los casos, es clave para la provisión de agua potable de la ciudad del Cusco.

La laguna de Piuray, que se encontrará en línea recta al momento en que los aviones habrán de levantar el vuelo (es decir, estará en línea recta a la línea de la pista de vuelo y será atravesada por cuanto avión salga del Aeropuerto, según los documentos de aeronavegación), provee del 42% del agua potable del Cusco. Es sabido que los aviones emiten una variedad de gases y contaminan el espacio inmediato, así que con toda seguridad esa agua de la laguna sufrirá una inexorable contaminación, y con ello, el agua potable que llega a diferentes poblados, y como se ha señalado, conforma el 42% del agua potable que llega al Cusco. Los peligros de contaminación del agua son elevadísimos y no existe hasta la actualidad ningún responsable del proyecto del AICC que siquiera los haya mencionado, ni que haya ensayado de forma explicativa, una forma de resolver el problema.

En segunda instancia, tampoco es sabido que los canales subterráneos que conforman el complejo sistema de agua que lleva a la planta de agua potable de la laguna serán respetados por las construcciones ligadas al Aeropuerto, y este sería un problema tan grave como el anterior, porque de no tenerse extremo cuidado con los cauces y canales por las que se conduce esta agua hacia la planta de agua potable, el agua que llegará a las cañerías de los hogares e instalaciones de la ciudad del Cusco se restringirá, y como en la actualidad ya hay unos barrios que sufren restricciones del líquido elemento a menudo, imagínense la ciudad del Cusco bajo restricciones constantes de agua potable para los hogares. Sería una desgracia de magnitudes difíciles de precisar, una verdadera y completa desgracia para los cusqueños. En otras palabras, Cusco y los cusqueños quedarían profundamente perjudicados por la realización del Aeropuerto, a niveles de tragedia, porque su abastecimiento de agua potable entraría en una crisis intolerable.

Esto merece estudios cuidados y se desconoce que estos estudios hayan sido realizados o siquiera piensen realizarse.

2) Un inmenso y rico patrimonio del Cusco y la Humanidad en peligro de ser arrasado por las dimensiones del proyecto del AICC:

Dentro de la propuesta de pre-factibilidad al que se puede acceder a través de la página de Pro-Inversión, se señalan una serie de cálculos en el incremento del número de visitantes al Cusco, gracias a la mayor amplitud de los vuelos hacia el Cusco desde destinos nacionales e internacionales. Lo planteado es que esos visitantes pasen progresivamente, según metas temporales, a 6 millones de visitantes, luego a 8 millones, y hay cálculos luego de posteriores ampliaciones, en un crecimiento aún mayor de los visitantes.

Lo cierto es que, debido al movimiento inmobiliario de los últimos años en el Valle Sagrado del Cusco y en los espacios rurales en ruta al Aeropuerto (donde la expectativa por la construcción del Aeropuerto no ha sido, obviamente, una causa menor de dicho incremento, sino su causa directa) y la actual situación de saturación de visitantes que tienen los centros arqueológicos de la zona, en especial Machu Picchu que se encuentra frecuentemente colapsado de visitantes al punto que se han desdoblado sus horarios de visita, simplemente la pretensión de traer más visitantes en la magnitud que se plantea el proyecto es un absurdo, pues al caos ya imperante en la actualidad no podría sino multiplicarse en un número incalculable de veces, y queda pocas dudas de que el patrimonio más rico de la nación, el que se encuentra al Valle Sagrado del Cusco, en su más alta probabilidad, utilizando la expresión popular, quedaría “completamente reventado”.

Los proyectos paralelos, como la ampliación de las vías hacia Urubamba en vías carreteras de 3 a 4 carriles carecen absolutamente de sentido si todos los centros arqueológicos de la zona ya no están en capacidad de recibir a más visitantes, o no en las proporciones que los números que los proyectistas del AICC han estimado. Y las ideas de fortalecer circuitos turísticos paralelos o nuevos, como el Choquequirao, sufrirían esta saturación con plena facilidad también, sin respiro en las temporadas altas (esto ciñéndonos a las cifras del propio proyecto del AICC). Así que hay en la perspectiva de un incremento de visitantes, existente en el proyecto del AICC, cálculos de incremento de visitantes completamente innecesarios, o así lo consideramos a partir del conocimiento de la capacidad de recepción de nuestros principales centros arqueólogicos. Grandes cantidades de personas que llegarían al Perú y al Cusco en función del dinero que permitirían recabar, pero no de acuerdo a la capacidad real de nuestros espacios turísticos. Se aspira a un crecimiento demográfico en el proyecto que lo haría peligrar severamente, y sin embargo, por el embelesamiento de los números, nadie se atreve a señalar que es un completo absurdo traer al Perú a 6 ú 8 millones de personas que serían inmanejables en espacios arqueológicos que requieren de constante mantenimiento y restauración, y no una sobreexplotación irresponsable.

3) Desarrollo Regional desigual y que promueve la desigualdad:

Si eso no fuera poco, al ubicar un Aeropuerto Internacional en el distrito de Chinchero de la provincia de Urubamba, encontramos un Aeropuerto ya en pleno Valle Sagrado de los Incas, y por lo mismo, en el mismo centro de las expectativas que tienen los turistas al visitar al Cusco. Y aquí se plantea la cuestión de una planificación completamente desigual para el desarrollo de las provincias del Cusco, cuyo centro de gravedad serían en un futuro no lejano las provincias de Urubamba y Calca, donde se concentraría una gran parte la actividad económica cusqueña (que actualmente ya tiene una actividad económica muy significativa en estas provincias, junto a las zonas mineras y gasíferas de Espinar y La Convención, respectivamente), pero que generaría una descompensación tal, que la diferenciación respecto a las provincias de Paruro, Acomayo, Canas, las amplísimas zonas rurales de Anta y posiblemente Chumbivilcas (que actualmente tiene una actividad minera creciente) sería tan notable, que su integración a la planificación regional podría resentirse de forma inexorable.

Más allá de una reflexión tentativa, de una especulación incierta, este proceso de desgajamiento de algunas provincias del Cusco, en las que se critica con insistencia al “centralismo cusqueño”, acentuar ese centro de gravedad hacia el Valle Sagrado de los Incas a través del Aeropuerto Internacional de Chinchero acentúa esta situación cada vez más marginal de las provincias mencionadas, y con una ciudad del Cusco desabastecida de agua, una dificultad cada vez mayor de establecer planes de desarrollo para toda la Región que puedan ser descentralizados y equitativos. En otras palabras, las provincias ricas serían más ricas, y las pobres más pobres al mover el eje y centro de gravedad de la Región hacia el Valle Sagrado a través del Aeropuerto.

Alternativas y Reflexiones Finales:

Señalada esta problemática, que no pretende negar la realización o concreción de un Aeropuerto Internacional para el Cusco, debemos pensar alternativas, otras posibilidades, para que aquellos problemas graves que se detallan en este artículo, no se concreten en la realidad. Hay que pensar alternativas inteligentes que haciendo posible la expectativa cusqueña de un nuevo Aeropuerto, puedan evitar aquellos efectos negativos ligados a la construcción del Aeropuerto Internacional.

-Una primera alternativa para la zona de Chinchero (que no es el lugar adecuado para un Aeropuerto, observado el problema del agua), es convertir toda esta zona en todo un espacio reservado cuya riqueza como conjuntos de paisajes naturales se convierta en formas de servicio turístico adecuado a su naturaleza, y que permita que las poblaciones de las comunidades involucradas encuentren beneficios económicos mediante planes muy detallados con apoyo internacional, y su conversión en reservas de patrimonio natural y cultural que les faciliten un amplio desarrollo económico en este distrito de la provincia de Urubamba.

-Reflexionar nuevamente sobre las muchas alternativas de lugares para la ejecución del Aeropuerto, abriendo nuevos estudios que califiquen estos lugares de acuerdo a su potencial respecto a un desarrollo regional equilibrado, además de estudios mucho más completos de condiciones meteorológicas así como los estudios de Impacto Ambiental, que han sido realizados de forma muy limitada y pobremente para el caso del AICC. Asimismo, conformar equipos técnicos que tengan en cuenta todas las variables que son necesarias para garantizar un beneficio de la Región con la construcción del Aeropuerto, y por lo mismo, desarrollar esos estudios de manera transparente a la población cusqueña, y que en cuya construcción, no primen simplemente los intereses empresariales o de grupos de interés, sino la mejor de las opciones para el desarrollo regional del Cusco.

En fin, un saludo cordial.

Pablo Del Valle Cárdenas